La presidenta del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, expresó que la migración centroamericana ha dejado de ser una simple búsqueda de mejores oportunidades para convertirse en una forma de protesta contra la corrupción y la impunidad que prevalecen en la región.
Castellanos destacó que cada semana, miles de migrantes centroamericanos atraviesan ríos, selvas y desiertos en busca de refugio, no por un sueño americano, sino por la necesidad de escapar de gobiernos que practican el totalitarismo y donde la justicia se arrodilla ante el poder. Señaló que los migrantes huyen del miedo, la extorsión, la violencia y la corrupción, dejando atrás países donde el salario no alcanza para vivir, pero la impunidad sí alcanza para matar.
La presidenta del CNA enfatizó que los migrantes se han convertido en el último opositor del sistema, ya que su éxodo es una manifestación de protesta contra la corrupción, el hambre y la impunidad. Cada paso que dan es un acto de resistencia contra un sistema que ha fallado en brindarles seguridad y oportunidades.
La migración centroamericana, lejos de ser una crisis pasajera, es el síntoma más visible de una estructura política y social deteriorada. Mientras los gobiernos sigan gobernando para unos pocos, las caravanas seguirán andando, porque la gente no huye por gusto; huye porque quedarse se volvió imposible.